Daniela miró a Sebastián con gran sorpresa.Cuando ella le clavó el cuchillo de frutas, ya había pensado en las graves consecuencias. Si la familia Romero decidía responsabilizarla, no importaba si la regañaban, la golpeaban o incluso la denunciaban, ella lo aceptaría.Estaba lista para confesarlo todo honestamente, pero para su absoluta sorpresa, Sebastián dijo que había sido un accidente.¿Estaba él protegiéndola?Realmente, esto no tenía sentido.Daniela estaba un poco aturdida. Incluso cuando llegó la ambulancia y se llevaron a Sebastián, ella en verdad, no podía entenderlo.La herida de Sebastián no era leve, pero por suerte estaba en la nalga. Después de quitar el cuchillo, no había peligro alguna. Sin embargo, había perdido sangre mucha y el dolor lo había dejado con el rostro pálido.El médico sugirió que se quedaran en el hospital un par de días más, para evitar así ciertas infecciones.Mientras Daniela iba a recoger los medicamentos, Fernanda, aunque preocupada, no ocultó su
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