—Oye, Ximena... ¿Qué fue lo que te gustó de Dante? —preguntó, dejándome en shock.Mis ojos se quedaron en blanco por la repentina pregunta que me había hecho Eric. Estábamos sentados sobre la tela en una tarde agradable en donde nos abrazaba el viento.Mis labios estaban abriéndose y cerrándose para encontrar la respuesta, aunque no sabría explicarla con exactitud. Por lo menos tenía que hacer el intento.—Creo que... Me enamoré porque fue el primer chico en prestarme tanta atención —confesé, apenada—. Dante me trataba como una reina, o tal vez yo confundí su amabilidad con algo más. Haberme enamorado de él fue mi perdición porque como fue mi primer amor, eso me hizo soportar muchas cosas durante tantos años, pensando que me amaba. Y ahora que me pongo a pensar mejor, empiezo a creer que la única que estaba enamorada, era yo.—Lamento haberte tomado por sorpresa con esta pregunta. Fue solo curiosidad, después de todo nos vamos a casar ¿No? —aclaró, mirándome sereno.—¡Ah, sí! Por supu
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