Apenas Selena entró a su habitación soltó un grito de emoción contenida, se sentía tan plena que parecía flotar en el aire. ¿Cómo Edwar podía lograr todo aquel torrente de emociones dentro de ella? Era como si él impregnara cada partícula de su cuerpo y su ser.Escuchó el auto estacionarse, se asomó por la ventana, efectivamente Bodolf había regresado. Rápidamente la pelirroja se quitó la bata de seda, la lanzó en el cesto de ropa y se metió a la ducha. Aunque deseaba preservar el aroma del lycan en todo su cuerpo no podía despertar sospechas en el pelurrubio.Bodolf entró a la mansión y antes de subir a la habitación matrimonial, se sirvió un coñac. El guardaespaldas intentó nuevamente hacerle saber sobre el error cometido en el bar, pero éste terminó echándolo.—Te dije que no me interesa lo que pasó, era una más del montón. ¿Cuánto vale una puta, como ella, eh?—Ese es el detalle, no era una puta, era…—¡Lárgate y déjame solo! Cuando necesite una conciencia, busco la mía.Sin tener
Leer más