Antes de ir a visitar a Don Cheto, los tres (Tamara, Andrés y Paola) hicieron un acuerdo, y este fue, no llevar ninguna tarjeta de débito, para evitar que alguna se les fuera a extraviar; así que, el dinero en efectivo, era el único del que podían disponer estando en el pueblo, por esto Tamara se preocupaba tanto.— Relájate madre, en casa te espera mucho más que eso para gastar.— habló Andrés, en tanto pensaba que ella no se podía enterar que él lo había gastado en las vacas de Don Juan.— Lo sé, pero ví una casa muy bonita, frente a la plaza del pueblo y quería comprarla, para no estar molestando a Cheto cada vez que vengamos, pero claro ahora eso va a tener que esperar, y además quiero saber quien lo agarró sin avisar, esto no debería ser un misterio, Andrés.Paola, quien no le estaba prestando atención a su madre sino al celular, recibió un mensaje de una de sus amigas de la ciudad, y empezó a reir, despertando sospechas en Tamara.— Ajá, fuiste tú Paola, seguro te recordaste que
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