Ayer, luego de tres horas de haber dormido a su lado, entré en pánico. Salí de la cama, y desde entonces no lo había visto. Él estaba profundo. Fui a buscar a Adara y desde entonces me enceré en mi habitación, pero no despertó. Por eso esta mañana fui presa del temor, de la pena, algo estúpido, sí, pero ya con la cabeza fría, lejos del momento perfecto, entré en pánico.Porque no fue solo sexo, cada vez que David me tocó lo sentí en el alma. Quería correr, brinca, gritar y lo único que hice fue dejarlo en la cama, con su semblante precioso, casi irreal. ¡Dios!, ahora no sé cómo mirarlo. «Después de que te lo chupeteaste todito, y es un… delicioso.» —La loca jovencita no me ayudaba a pensar.Por eso esta mañana, arreglé a mis hijos, y menos mal que en esta ocasión mi hijo, el cual era un proceso para abrir los ojos, pero algo lo tenía muy feliz y lo hizo sin problemas. Y mientras él se bañaba, yo hacía lo mismo, con Adara no tenía problemas. Ella sola se arreglaba.Por primera vez desp
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