Tania se marchó a su habitación, estaba cansada, tanto física como moralmente. Se encontraba en un punto en que comenzaba a dudar de todo, de sus capacidades y de su propia existencia.La hacían quedar como un monstruo peligroso y cruel capaz de acabar con la humanidad entera si así se lo propusiera, cuando su única meta era vivir en paz y ser feliz.Al entrar en su dormitorio, se extrañó al verlo de nuevo inundado de oscuridad. Habían cubierto las ventanas con gruesas frazadas dejando espacios llenos de sombras.—¿Lucas? —preguntón cerrando la puerta tras de sí, con cerrojo, a pesar de saber que aquello no serviría de nada.Si Lucas estaba viviendo un nuevo episodio de confusión, como el experimentado la mañana luego de su llegada a ese lugar, quedando a merced de los efectos devastadores que creaba el veneno que le habían suministrado, se volvería un ser violento.Un cerrojo no sería suficiente para retenerlo, ni siquiera, una puerta de madera. Pero ella no pensaba permitirle salir
Leer más