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Todos los capítulos de Inmune a sentir: Capítulo 11 - Capítulo 20
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11. Aiden
Joder. No sé cómo diablos me aguanté en el elevador, cuando tenía ganas de follármela ahí mismo. Hace cinco putos minutos la mandé a traerme el café. El no poder controlarla a ella como quisiera me vuelve completamente loco.En ese momento entra Liam. Un volcán en plena erupción hace eco en todo mi cuerpo cuando lo veo agarrando a Buckett. Ella está sin fuerza. Sabía que tenía que llegar a la primera planta para traerme el café, que a ella le asusta entrar en el elevador. Aun así la mandé allá, todo porque es la única manera de mantenerla alejada de mí. No soporto tenerla cerca y no poder hacerla mía. Liam la sienta en una silla. Y se agacha frente a ella. — ¿Preciosa te sientes mejor? —le dice mi amigo mientras con una mano acaricia su pelo. Ya no es un volcán, ahora son dos. Ella asiente. Pero todavía se ve muy débil. —Liam ahora eres samaritano —comento de mala gana y ni siquiera fijo mi atención en ella. —Preciosa te acompaño a tu mesa. Necesito hablar con mi amigo —le dice.
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12. Keira
No lo entiendo. Hace poco me dijo que tenía que esperar a la hora de almuerzo. ¿Por qué se tiene que comportar tan mal conmigo? No sé qué le pude hacer para que sintiera tanto odio hacia mi. Recojo mi bolso en la silla. Mientras bajo por las escaleras me como una chocolatina. Los pies me duelen demasiado. Bajar y subir escaleras no es algo que le agrade a nadie y menos si ese proceso lo tienes que repetir varias veces al día. Llego a ese piso donde hace pocos minutos me sentí tan bien en sus brazos. No puedo negar que es un gilipollas y que la mayoría de las veces lo quisiera asesinar pero me encanta. No puedo mentirme a mi misma.Siento su olor a menta en mi ropa. El mejor olor que he sentido en mi vida. Sus labios —suspiro—, la mejor sensación de todas. Si no hubiese sido por mi mamá, hubiera cometido una estupidez, que iba a ser increíble, pero al fin y al cabo estupidez. Bravo por tí Buckett acabas de fijarte en el hombre más odioso sobre la faz de la tierra, el mismo es tu jef
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13. Aiden
Es lo mejor de mi puta vida. Nunca he visto más allá de mi placer, pero he disfrutado como nunca verla correrse en mi mano, oyendo cada gemido que salía de su boca, sintiendo su respiración agitada. Ella es mía y pienso recordárselo cada vez que quiera.Joder. No seré capaz de amarla como ella quisiera pero le entregaré un mundo de placer. Soy un puto egoísta pero me importa una mierda. Ella es mía.Salgo del ascensor y ahí está. Me tomo cinco minutos observándola. Su cabeza se encuentra sobre sus brazos cruzados en la mesa.— ¿Que mierda has hecho Keira? —murmura.El teléfono comienza a sonar y un suspiro brusco se escapa de su boca.—Empresa A.S Enterprise —contesta.Comienzo a andar hasta mi oficina.—Un momento señorita —dice. Pone su mano sobre el teléfono.—Señor la secretaria del señor Jones pide una cita para su jefe a las dos.Dylan no tiene más nada que hacer.—Dile que le diga a su jefe que se vaya a la mierda que no estoy de humor.Ella frunce el ceño.—Señorita, el señor
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14. Keira
Las lágrimas brotan de mis ojos. Soy una completa idiota. El odiándome cada día más y yo como tonta deseando un mínimo roce para ser aun más feliz. Choco con una chica. —Disculpe. —Trato de recuperarme—. Estaba distraída. —No tranquila —comenta ella muy amable—. ¿Estás bien? —La verdad es que no, pero lo que me interesa es salir de este lugar. —Iré contigo. Este debe ser un problema de chicos. ¿Cómo te llamas? Soy Gabriela. —Un gusto Gabriela. Soy Keira. Caminamos por la acera, sin lugar exacto. Necesito tomar el aire. Gabriela me acompaña en silencio. Es de estas personas que si necesitas estar sola, te acompaña en el mutismo.— ¿Qué te sucedió? —pregunta ella luego de algunos minutos y largos pasos.—Para resumirte el cuento. Me acosté con mi terriblemente guapo jefe, porque me gusta y porque soy tonta. Y el no ha hecho más que humillarme una y otra vez. Realmente no me acosté, permití que me tocara, le entregué un maldito orgasmo, el primero después de mucho tiempo, pero, m
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15. Aiden
Llego alrededor de las siete y media a la empresa. No veo a Keira. Mi cuerpo se tensa.Joder.Es lo primero que quiero ver cuando llego aquí.Ahora mismo quiero torturarla por hacerme enojar a primera hora.Entro en la sala de reuniones, me acomodo en mi silla a esperar a las otras personas.Busco las últimas fotos que me habia enviado Alan.Keira Buckett, soy adicto a tí, a tu forma de ser, a tu manera de sonreír. No solo recorrí cada espacio de tu cuerpo, me lo aprendí de memoria. No te imaginas cuanto disfruté hacerte mía. Ahora en mi cabeza no hay otra cosa que no sea tocarte. Nunca había besado a una chica ni antes de acostarme, ni el hecho, ni posterior al hecho, pero contigo, contigo lo quiero todo.Estoy totalmente al pendiente de tí, aunque no te des cuenta, sigo todos tus pasos.Te he hecho daño y no es lo que quiero joder, pero no sé como amarte. Llevo años viviendo esta vida de locos, he jugado con muchas mujeres, más tarde o más temprano lo haré contigo. Soy un cobarde qu
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16. Keira
Nos bajamos frente a la casa de Gabi.—Madre mía —exclama Andrea—. ¿Acaso es la casa del presidente? —su forma de expresarse hace que me ría.—No me dijo. Aunque creo que no se le olvidaría contarme ese detalle.La casa estaba más que preciosa. Y eso que la estábamos viendo fuera de la reja negra inmensa que separaba la propiedad de la calle. Frente a la reja estaban tres hombres, vestidos impecables.—Buenas tardes señoritas —habla el del medio. —Buenas tardes —respondemos casi al unísono. Lo que provoca que Andrea y yo nos miremos.—Sus nombres por favor —continúa el hombre. —Keira y Andrea —respondo. —Bienvenidas señoritas —le hace una seña a otro hombre para que abra la reja. Tenía muchos pinos alrededor del corto camino hasta la mansión. Un poco más adelante había una fuente en forma de ángel, a través de aro brotaba agua. Era hermosa y estaba tallada de mármol blanco.Llegamos a la puerta principal de la mansión. Le mando un mensaje a Gabi.A los segundos abre la puerta.—Y
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17. Aiden
—Aiden, por favor. Solo una vez en la vida compórtate como un buen hermano —me ruega Gabriela por la liberación de Keira.No pienso dejar que Keira vaya sin mí a París. Si ella va, es conmigo. —Ya veremos Gabriela, no sigas con eso —le contesto exasperado y ella hace una mueca.—Gabi —la llama un chico a su espalda.Ella se gira a gran impulso en busca de la persona que porta esa voz. Mi hermana menor duda amor, corazones y estrellitas de colores. El chico, se nota algo serio y tenso.—Ryan —lo besa—. Que bueno que hayas venido.—No pensaba dejarte sola un día tan importante para tí —le contesta y besa su frente—. Feliz cumpleaños princesa.Debe ser él, el chico del que hablaban antes.—Ven, te presento. Él, es mi hermano Aiden. Ellos son Liam y Dylan, sus amigos, pero prácticamente mis hermanos. Chicos él es mi novio —el chico la mira como si le haya asombrado lo último que dijo Gabriela.Él asiente, luego de procesar las palabras de Gabriela y reaccionar y le extiende la mano a Lia
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18. Keira
Entro en mi departamento y de un portazo cierro la puerta. Me quito todo lo que llevo puesto. Este vestido y los zapatos. Voy al frigorífico y tomo el pote de helado de chocolate más grande que tenga. Directo al sofá a matar las penas. Como ya se conoce yo las mato con chocolate.No soy gorda, por lo que como sin miedo todo lo que me gusta.Sé que hoy me comporté como debía ser. He sido el entretenimiento de Aiden desde que me conoció, era hora de que el universo jugara a mi favor. Me encanta él pero nunca he sido una chica sumisa o que se pueda controlar con facilidad, su comportamiento me estaba atormentado. Hoy me sentí libre, me sentí increíblemente bien, salvo por el detalle de verle besar a esa chica. Cada músculo de mi cuerpo se tensó ante ese contacto de su boca y la de ella. Si lo hizo por la apuesta o no, se acostó con otra chica, algo que yo no haría con otro chico, solo para molestarlo. A pesar de todo si ese fue el resultado de mi comportamiento, no me arrepiento de nad
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19. Aiden
Vuelvo a mirar la foto una última vez recordando todo lo que quiere hacer Buckett antes de cumplir los veinticuatro años.Ayer justo cuando ella se fue al baño, yo iba a seguirla, no me iría, entraría al baño y la haría mía otra vez. Porque soy capaz de hacer todo con ella, porque es lo único que me importa del maldito universo. Justo entonces entré a su habitación. Vi su foto en una cómoda. Joder. Tiene una sonrisa tan hermosa y yo soy un maldito gilipollas que acabaré jodiendo todo. Si alguna vez ella dejara de sonreír y ser feliz por mi culpa, no me lo perdonaría. Estamos muy bien así, y aunque parezca un poco loco no es mi intención jugar con ella, si así hubiese sido no me la hubiese follado más de una vez como ha pasado con las demás. Entonces al lado de la foto había una agenda color rojo con adornos. Me pareció curioso. A las chicas les gusta escribir diarios y esas cosas, pero nunca creí que a ella le gustaba hacer eso. La abro, por supuesto, soy Aiden, me gusta controlar to
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20. Keira
Nunca he sido tímida, pero tampoco esa chica que se atreve a dar el primer paso. Estoy viviendo una locura que me está haciendo feliz. Se lo que quiero y es a él. Puede que no viva una relación romántica como les gusta o tienen otras chicas, pero no puedo negar que estoy escribiendo los momentos más increíbles que haya pasado nunca.Sí, lo elijo a él. Como todo hay ventajas y desventajas. La ventaja, estoy con el hombre que me encanta y disfruto del mejor sexo que haya tenido nunca. Desventajas, que puedo terminar enamorándome de él y eso no sería bueno para mí. Aún así decido arriesgarme, es lo que quiero.Camino asegurándome que no haya ya nadie en el piso.Entro al lavado y me pongo la lencería que había comprado en Plaza Ghirardelli. Me miro al espejo. Que sea él quién diga la última palabra.Me unto lociones por todo el cuerpo. Coloco nuevamente mi vestido y salgo hacia la oficina de mi Stone.Toco la puerta como de costumbre.—Adelante —su voz es ronca.Entro y cierro la puerta t
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