Antonella—¿Me llevas cargada? —Alzo mis brazos.—¡Cielo, pesas por tres! ¿Estás loca?Hago un puchero.—¡Estoy gorda por tu culpa, infierno! Tengo una enorme panza y peso cien kilos.Se burla de mí.—Cielo, no seas exagerada, sabes muy bien que no pesas cien kilos. Además, recuerda que llevas tres bebés. —Acaricio mi panza.—No exagero, siento que peso eso. A veces me cuesta caminar. Mi barriga pesa y por las noches me asfixia —paso, por un lado, de Damián. ¿Me llevas a comer hamburguesas?Abre la boca cuando le pregunto si me lleva a comer hamburguesas.—Y luego te quejas de estar pesada.—Quiero hamburguesas.Damián niega. —Cielo, no, harás que vomite. Oh, nena, me revolviste el estómago de tan solo imaginarme una hamburguesa. —Hace un gesto de asco.Desde que cumplí el mes de embarazo, Damián es quien ha presenciado mis malestares de embarazo. A mí se me antoja, y él vomita.—Además, no puedes comer mucho. Te recuerdo que la semana que viene llegarán nuestros bebés.Sonrío emocio
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