—¿Qué quieres llevar?— Habíamos llegado a su casa, no he entrado aquí desde la cena. El bajo de su auto y se acercó para indicarme que lo siga, entramos a la casa, olía a rosas.—Lleva una manta, podemos comprar algo para comer. ¿Te parece?— Él me observó mientras hablaba, estaba jugando con mi mano.—¿Qué?—Nada, es que se nota que estás nerviosa Diana. Y yo también lo estoy, pero si no actuamos como dos personas que se conocen hace muchos años, no lo vamos a lograr.—¿Qué recomiendas?—Que actuemos normal. La pasamos bien en la fogata y pudimos hablar normal, solo seamos nosotros, como siempre, no estés nerviosa.—Bien yo no estaré nerviosa, pero tu tampoco ¿Trato?— Extendí mi mano, la observó, luego me vio y asintió.—Es un trato. Ahora dejemos de actuar como si no quisiéramos comer sándwiches— Me reí, tenía razón, no quería comer otra cosa que no sea eso.—Tienes razón, tomemos todo y vamos.Tomamos la manta que tenía en el living. Yo fui a preparar todo para armar la canasta, cua
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