“Buenos días princesa espero que tú sueños fuera tan hermoso como el mío, porque amanecer con tu cuerpo junto al mío es una dicha. Tuve que irme temprano, pero te vere muy pronto, te dejo un beso y mi corazón tu amor eterno Cristopher” Paola despertó en su cama buscando a Cristopher, después de la boda había asumido la gerencia en su totalidad de la empresa, las ideas que había pensado para lograr sacar a la empresa habían funcionado de maravilla, ahora después de seis años era la numero uno del país como ella se había prometido a su padre. Todos los días hacía que su amor creciera un poco más si se podía con los detalles que le daba, si no era en la empresa, era la cama, pero siempre tenía una flor. Paola se estiró en la cama, dobló de nuevo la hoja y la guardo en la caja donde tenía los pensamientos o versos que le daba;—Mamá Santi no quiere darme la pelota— subió corriendo a la cama una pequeña de cuatro años que tenía el cabello negro y sus ojos cafés como los de ella.—Mamá yo
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