—Si es para hablar de mi madre, deberías decírmelo ahora, Noah de verdad, no estoy para juegos — Titubeó Sophia llena de preocupación— No, no, no, te han dicho que eres una cabezota, siempre te enfadas por cualquier cosa, calma niña, no te haré nada malo, y además tu madre está en la mejor clínica de este país, muy bien cuidada, podrás quedarte con ella esta noche, hablarle, te prometo que todo estará bien, solo ten paciencia, y no niegues más lo que intento hacer por ti, cabezota — agregó en tono tranquilo, mientras la miraba— Sí soy cabezota, y si sigues de insolente, tendré que ponerme peor, porque mira que te inventas cada cosa, quién diría que el gruñón de mi jefe está aquí intentando convencerme de tener paciencia — agregó ella provocando que Noah se echara a reír— Pues ojalá que lo consiga, porque mira que eres difícil, tendré que hacer treguas contigo, pedirte que hagas algo a cambio de otra cosa, para ver si así te comportas como adulta y dejas la mala racha de un lado, qu
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