Sophia no tenía ni la menor idea de cómo iba a solucionar ese embrollo, pero lo que sí estaba claro es que no quería estar cerca de esa mujer a la que de cierto modo le había causado daño, pues a ninguna persona le gustaría ver a su novio, amante, pareja, lo que fuera, públicamente con otra.Así que la entendía bien, comprendía su dolor, y se sentía terriblemente mal por eso, si algo detestaba era provocar dolor en otra mujer, pero aquí el más culpable de todo, era Noah, el insaciable Noah, el estúpido y patán Noah, su única solución en el momento que estaba pasando.—¿Tiene un vehículo para transportarla o requiere de una ambulancia? — interrogó el doctor, con amabilidad, indispuesto a contradecir lo que había solicitado— Si pudiera, por favor, prestarme el servicio de la ambulancia, se lo agradecería, mil disculpas — Dijo Sophia con vergüenza, ante la mirada de todos los pacientes que se encontraban ahí esperando ser atendidos, mientras en su cabeza daba vueltas la idea de soluciona
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