PaigeSubí con lentitud hasta llegar al departamento de Thiago, que estaba en el piso número diez, puesto a que no sabía que me esperaba. Pero, la curiosidad superó todas las inseguridades, y abrí la puerta sin saber lo que estaría del otro lado. Al estar adentro, las piernas me temblaron cuando vi todo lo que había hecho por mí.En el medio de la sala, acomodó la mesa con un mantel blanco y alrededor de ella, en el piso, lo adornó de pétalos de rosa azules y rojas. Encima de ella, se encontraban velas y él me esperaba con un ramo en las manos y una sonrisa tímida.—Paige, te estaba esperando —me acerqué a él, aun siendo tímida. No obstante, supongo que cuando de verdad adoras a una persona, los nervios y todo aquello, jamás desaparece gracias al afecto—He preparado esto para ti, preciosa.—¿Qué es eso, Thiago? ¿Por qué me has tenido esperando por poco más de media hora en el estacionamiento? Eres demasiado caballeroso como para hacerme eso ¿No me equivoco, cierto?—En esta ocasión, t
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