La iglesia está llena a reventar. Tal y como Rebecca lo había previsto, está abarrotada de las personas más glamorosas que había visto. Su padre la lleva al altar con lágrimas en los ojos.La pelirroja observa la decoración, la enorme iglesia, los invitados mientras piensa en lo diferente que era su vida hacía solo unos meses. Era increíble lo mucho que había cambiado en menos de un año.La pequeña y ordinaria Rebecca Martin, la asistente ejecutiva había atrapado al soltero más codiciado, a uno de los hombres más ricos, al inalcanzable Liam Edwards.—Él te ama, cariño —le comenta su padre mientras caminan hacia el altar— No lo conozco mucho, sé que no hemos tenido tiempo para conocerlo ¡Diablos! A veces pienso que nosotros pasamos mucho tiempo sin verte.—Papá es…—El trabajo y la distancia, lo sé. Lo que te quiero decir es que me he dado cuenta como te mira, es como si fueses la mayor maravilla del mundo, o el más preciado de sus tesoros. No me quedan dudas de que está perdidamente e
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