El gran problema que rondaba por mi cabeza, era la inseguridad de toda esa situación. Nada me convencía en ese momento. Me sentía completamente fuera del lugar y no sabía como tenía que comportarme. Había metido bastante la pata por una sola noche, y por si no era suficiente, seguía haciéndolo. Primero, con la madre del intruso que era un ángel de mujer y no se merecía tal trato por mi parte. Y luego con el capullo de su hijo , que de por si se comportaba como un idiota la mayoría de las veces, pero había algo en el que no encajaba y eso me tenía sumamente intrigada. En algún momento, tan cerca de el, sentí miedo, vergüenza y un sinfín de cosas que no sabría explicar,al menos no por ahora. No me permitía a mí misma el lujo de mirarle siquiera. Había momentos cuando no me atrevía respirar y en todo caso mis ojos tocaban el suelo más que otro punto...más que a nadie. Salimos del cuarto y nos unimos a los demás. -Habrá boda, pero primero tendrá lugar la
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