Capítulo 3Todos los invitados quedaron en silencio, mientras veían a la rubia holandesa correr hacia sus padres. Su rostro se tornó rojizo, quizás al ver la actitud extraña de mi jefe para con ella. El presidente de la compañía con la que había firmado Maxwell Electronic, apresuró sus pasos hasta llegar delante de la madre de Damián.—¿Qué fue eso?, ¿por qué mi hija está llorando?—Vociferó el anciano hombre con una voz potente que resonó en todo el lugar—, ¡Responda!La mujer de cabello grisáceo me miró y negué—. Lo lamento mucho, no tengo palabras para expresar mi vergüenza, ¿podemos arreglar esto a puertas cerradas?—La madre de mi jefe echó un vistazo a sus invitados, quienes no dejaban de verla.—Mi hija está llorando y no quiere hablar, le diré algo…—Nohora dio una seña para que empezáramos a despedir a los miembros de su familia y amigos cercanos—, si Damián no se casa con mi hija, haré que me paguen todo el maldito dinero que invertí en ustedes, sabes lo que eso significa, ¿Ver
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