— ¡Claro, claro, mira mi cabeza, disculpa, es que no lo esperábamos! - enseguida se puso a sacar un manojo de llaves del bolsillo y se apresuró a abrir la enorme reja, que chirrió de forma espeluznante cuando se abrió finalmente.— Lisa se va a morir de la alegría cuando lo vea, Señorito, no importa lo que haya sucedido, nos alegra tenerlo de vuelta – el hombre, con los ojos rojos, abrazó a Henry con la confianza que le daba el haberlo conocido desde bebé.Pocas personas podían, desde antes, acercarse tanto al millonario heredero.— Eva acércate – Henry llamó a su pequeña mujer que andaba tímida al lado del auto – Ella es mi esposa, tío Matthew— ¿Tu esposa? – el hombre cada vez entendía menos, pero, aun así, saludó a Eva con calidez.— Hola, señor – Eva respondió medio cohibida. Se le daba fatal conocer a personas nuevas.— Jjajajaj, ¿señor?, dígame tío Matthew o viejo Matthew, lo que le sea más cómodo, Sra. Edwards – Matthew se dio cuenta enseguida de los orígenes humildes de la chi
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