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La verdadera intención de Gloria.
Mientras estas dos personas se demostraban amor, en casa de la familia Villegas y la familia Fernández, todo era un completo caos.En la casa de la familia Villegas, los padres de Arturo se encontraban en el jardín conversando, cuando fueron interrumpidos por uno de los empleados.—Señores, me disculpo por la intromisión, en la entrada se encuentra una señora que se ha presentado como Gloria de Fernández y desea verlos—dijo él hombre.Emilia miró a su esposo, este cambió su expresión por una molesta, ellos en el fondo sabían que esa visita no traería nada bueno, pues tenía conocimiento de muchas de las acciones y actitudes de esa mujer.—hazla pasar, yo misma la atenderé—dijo Emilia poniéndose de pie.—¿Estás segura?—preguntó Damián.—Sí, sé cómo tratar con ese tipo de personas—Emilia asintió con malicia.—Es que no eres tú la que me preocupa—bromeó Damián.Emilia lo miró de mala gana provocando que Damián riera a carcajadas.—No digas bobadas—le regaño Emilia—Pídele a uno de los emple
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Descontrol.
Gloria se sentía muy enojada, no había conseguido su cometido, ella condujo de regreso a su casa.—¿Dónde está mi esposo?—le preguntó a un empleado.—El señor se encuentra con el joven—contestó el empleado un poco nervioso.Gloria ingresó a la casa y pido escuchar el escándalo que provenía de la segunda planta.Así que se apresuró a subir, hasta llegar a la habitación de su hijo, en donde Mauricio trataba de controlar a su hijo, quien había perdido el control después de haber escuchado la conversación de su padre y Ángela. —Debes calmarte—le dijo Mauricio tratando de conseguir calmar a su hijo.—Calmarme, acaso no la escuchaste—grito fuera de sí, Mauro.—Claro que la escuché, pero el que destruyas todo, no cambiará las cosas—Mauricio se acercó a él en un intento de sujetarlo.Pero Mauro, simplemente no razonaba.…Mauro.Destrozado, así me encontraba, había perdido todo, ya nada me quedaba.Ángela lo es todo para mí y escuchar que ama a ese imbécil me hizo perder el control.—Sabías
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Ella no está sola.
Arturo continuó con la conversación con sus padres.Ellos buscaban una forma rápida, para descubrir todo y poder hablar con Ángela.—Por el momento es mejor que alguien cuide de Ángela de lejos—dijo Damián.—Estoy de acuerdo—dijo Arturo.—Bueno, ya todos quedó claro, creo que es hora de ir a descansar—dijo Emilia—¿Te quedarás esta noche?—le preguntó a Arturo.—No, tengo muchas cosas que pensar, así que prefiero estar solo—contesto él.—Bien, conduce con cuidado—Emilia se acercó y lo abrazó.Arturo salió de casa después de despedirse de sus padres, tenía muchas cosas en la cabeza, se sentía seguro del amor de Ángela, pero temía que ella se sintiera en obligación de regresar con Mauro.Después de veinte minutos ya se encontraba ingresando a su apartamento, pero percibió que alguien más se encontraba en él, así que asumió de quién se trataba.—Ya que te tomaste la molestia de venir, hablemos—la voz de Arturo era firme.—Así que estás enterado—habló Mauro saliendo detrás de las cortinas d
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Una verdad dolorosa.
Arturo llegó a casa de Ángela, ella lo esperaba como cada día.Después de despedirse de su pequeña hija, quién quedaría al cuidado de Mónica su niñera, salió a su encuentro con Arturo, quién se sentía muy intranquilo.—Hola cariño—lo saludo Ángela.—Hola hermosa—le contestó él dándole un beso en los labios.Arturo abrió la puerta del coche para ella, luego subió él. Arturo emprendió su viaje. Después de veinte minutos, Ángela noto que esa no era la ruta hacia la compañía.—¿A dónde vamos? Esta no es la ruta a la compañía—preguntó Ángela.—Iremos a un lugar diferente el día de hoy—contestó Arturo.—Pero hoy, tenemos mucho trabajo—le recordó Ángela.—Lo sé, pero eso puede esperar, esto es mucho más importante—habló Arturo.Ángela lo miró, ella había notado que Arturo estaba un poco serio.—¿Ha pasado algo?—preguntó Ángela.Arturo se quedó callado, con eso le confirmó a Ángela, que algo sí estaba pasando.…Ángela.Los días pasaron y olvidé por completo lo sucedido, Mauro había sido mi e
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Deseo que sean felices.
En casa de los Fernández, todos se habían quedado en absoluto silencio después de lo ocurrido.—Ya sabía yo que esa mujer no era más que una desgraciada—dijo Gloria rompiendo el silencio.—Mejor cállate—le regaño Mauricio.—No me callaré, no hago más que decir la verdad, no viste que se atrevió a traer a ese hombre a esta casa, eso no habla muy bien de ella—siguió Gloria.—¿Y nosotros qué?—dijo Mauricio—Y de nosotros que dice todo lo que hemos hecho o más bien lo que tú has hecho.—Ya paren los dos—gritó Mauro—A caso no se han dado cuenta, cuánto estoy sufriendo con todo esto.—Lo siento hijo—dijo Mauricio un poco apenado.—No importa—Mauro bajó las escaleras a toda prisa.—¿A dónde crees que vas?—preguntó Gloria mientras lo seguía.Mauro no respondió, solo se subió al coche de su padre y salió de la casa sin decir una palabra.Mientras gloria le pedía que se detuviera.—Debes ir tras él—le pidió gloria a su esposo.—Ve tú—le respondió.—No te das cuenta, que lo pueden descubrir —argu
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Fin de la tranquilidad.
La tormenta suele llegar en los momentos de más tranquilidad, eso pensaba Ángela, pues después de haber atravesado lo impensable había conseguido sentirse tranquila, pero sobre todo feliz.Pero toda esa felicidad estaba siendo amenazada por la repentina resucitación de Mauro.—¿En qué piensas?—le preguntó Arturo.Ángela se encontraba recostada sobre su pecho, su respiración ya se había estabilizado después del momento ardiente que habían tenido.—En todo lo que se viene—Ángela suspiro, luego se sentó en la cama—No sé cuál sean los planes de Mauro y el no saberlo me asusta.Arturo se acercó a ella y la abrazó, él sabía que las cosas no serían fáciles, pero no estaba dispuesto a permitir que Mauro perturbara la felicidad que habían construido.—Puedo entenderte, pero ten presente que estaré siempre para ti—le dijo Arturo.Arturo se esforzaba por darle seguridad a Ángela, pero él en el fondo él también estaba igual de preocupado, pues no sabía a lo que debían enfrentarse.En casa de Ánge
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Consecuencias.
Ángela.La incertidumbre me tenía agobiada, el no saber qué debía hacer era realmente abrumador.Ante todo el mundo, él estaba muerto, así que los problemas legales que se le venían encima eran grandes, no sabía si eso me afectaría de alguna forma, pero a pesar de todo él era el padre de mi hija, así que de alguna forma lo que le pase a él repercute en mí o más bien en mi pequeña hija.Estuvimos todo el día en la casa de la playa con Arturo, eso me ayudó a relajarme y prepararme para todo lo que se viene, cerca de la siete de la noche llegamos a mi casa, Arturo, al igual que yo, no quería separarse de mí.Pero teníamos mucho que organizar y así estar listo para cualquier eventualidad.Cuando entre al apartamento Mónica se encontraba sentada en la sala, en su rostro pude ver preocupación yo que me llevó a pensar que algo le había pasado a mi niña.—¿Mónica, qué ocurre, está bien mi niña?—pregunté llena de ansiedad.Ella se levantó y se acercó a mí.—Ella está bien, se quedó dormida hac
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Una parte de la historia.
A la afuera del edificio varias camionetas esperaban, el lugar estaba acordonado por varios hombres que cuidaban al hombre del cual Ángela aún no sabía el nombre.—Señor, alguien ha llamado a la policía—le dijo uno de los hombres que lo esperaban.—Démonos prisa—contestó este antes de subir a la camioneta en donde ya se encontraba Ángela.Ángela estaba sentada en el medio de él y uno de sus hombres, ella sentía que su corazón estaba a mil.—¿De verdad es necesario todo esto?— preguntó después de unos minutos de silencio.—Para mí lo es—contestó él sin mirarla—Tú no entiendes, por qué no tienes ni idea de lo que tu esposo hizo.—Pues cuéntame para saber a qué atenerme—dijo ella, mostrándose un poco tranquila.—Será en otro momento, ahora no estoy de humor—dijo él.A lo lejos se podía escuchar las sirenas de las patrullas, motivo por el cual los hombres aumentaron la velocidad.— Ya que no tienes humor para hablar, por lo menos dime tu nombre—le dijo ella y este sonrió.—¿pretendes que
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Temor.
Ángela se sentía tonta, muy molesta, en solo cuestión de hora, la imagen que tenía del hombre que había amado por años, se había desvanecido, era increíble para ella que se tratara del mismo hombre con el que había soñado envejecer.Mauro, al entender lo que pasaba, se dejó caer en el sofá con su semblante pálido, sus manos empezaron a temblar, mientras que Hanna y su madre permanecían en silencio.—Todo es mi culpa—susurró Mauro, muy afectado.—No es el momento para buscar culpables, debemos pensar en que hacer—le dijo su padre, quien caminaba de un lado a otro.—Simplemente, dejen así—habló Gloria—Es lo mejor que nos puede pasar.—Tú mejor no digas nada—le regaño su esposo.Hanna se acercó a ellos, había muchas cosas que aún no entendía, pero sí había algo que le había quedado claro y era el hecho que había sido muy injusta con Ángela, todo por haberse dejado llevar por las artimañas de su madre.—Hermano, sé que son muchas cosas, créeme que te entiendo, sí que calmarte y pensemos c
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En busca de una solución.
Arturo se encontraba bastante afectado, sentía que en cualquier momento podría sufrir un ataque de pánico.—Saca esos malos pensamientos de tu cabeza, ya verás que pronto estará de vuelta con nosotros—le dijo el mayor.Damián se acerca a su hijo y lo hizo a un lado, para terminar con lo que Arturo estaba haciendo, luego se quedaron en silencio, en lo que estuvo la sopa.Damián fue el encargado de darle de comer a Victoria, mientras que Arturo se encontraba perdido en sus pensamientos.—Ya está todo listo—dijo Mónica, quien traía una pequeña maleta.Justo en ese momento el teléfono de Damián sonó, así que se apresuró a contestar.—¿Qué noticia tienen? —preguntó el mayor.—Señor, hemos ubicado a la señora Martínez—contestó Marlon—La tiene en la mansión de Johan Álvarez, pero lo más raro de todo es que no hay vigilancia.—¿Estás seguro? —preguntó Damián.—Sí, señor, al parecer este criminal está esperando a alguien—comentó Marlon.—Bien, manténgase vigilante y avísenme de cualquier movim
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