Gloria se sentía desesperada al no tener noticias de su hijo, su más grande temor era que esas personas descubrieran que se encontraba con vida y querían acabar con él.—Mamá, ya es tarde, creo que es hora de ir a la cama, mañana vuelves a intentar—le aconsejo Hanna.—Crees que podré dormir, me temo que tu hermano puede cometer una locura que lo pondrá en riesgo—soltó con evidente preocupación.—Puedo entenderte madre, pero Mauro ya no es un niño y debe asumir sus el resultado de sus actos, confiemos que sabrá hacer las cosas—Hanna, se acercó a su madre y le quitó el teléfono.Luego la condujo hasta su habitación, en donde ya Mauricio se encontraba acostado.Después de dejar a su madre recostada, se fue a la suya, con la intención de dormir, pero antes, envió un mensaje al teléfono de su hermano.—Piensa bien, antes de actuar, papá y mamá están preocupados—decía el mensaje, pero el teléfono había sido pagado.Mientras esto ocurría, Mauro venía hecho una fiera, Ángela era su mujer y no
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