Por EdgardoEsa semana, la semana en que nos separamos con Evangelina, fue la peor de mi vida.Candela, el domingo por la mañana, cuando se levantó, me miraba con ojos acusadores y pensé que pudo haber escuchado algo, sin embargo no dijo nada, pero sentía que sus ojos eran acusadores, pero podía ser yo, que sabiendo lo mal que estuve la noche anterior, cuando toqué el tema que tendría que haber callado para siempre y como lo había callado desde que Evi me aceptó.Ese domingo, Evi casi no me habló.Tenía un dolor inmenso en mi alma, la había lastimado y realmente ella era una esposa maravillosa, más allá de mis celos y de mis inseguridades.Siempre se ocupó de hacer de nuestra casa, un hogar, uno lleno de calma, de armonía.Siempre la comida estaba a tiempo, la casa impecable, la ropa perfecta, nuestros niños crecieron felices y con la contención de su madre y también con la mía, por supuesto.Yo también la contuve cuando estaba embarazada, a mis padres, en ese momento, les dije que es
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