Cuando volvió a ver la luz, todo su cuerpo cosquilleaba. Como si mil hormigas viajaran por sus extremidades. Le tomó un tiempo sentarse. Despertando la poca sangre que le quedaba, haciéndola correr por sus venas para que el cuerpo reaccionara. Se levantó, justo cuando vio llegar a cuatro guardias. Eran el doble de lo usual; sin embargo, dos de ellos se dirigieron a la otra celda. Después de que fue esposado, salió. Preocupado, dirigió la vista a un lado. Luego de esposar a Lucas, los dos guardias lo agarraron de los brazos, arrastrándolo, obligándolo a levantarse; sin embargo, su cuerpo no podía soportar con su propio peso. Entonces, todo el trabajo fue dejado a los poco gentiles guardias.Los pies de Lucas colgaban hacía atrás, a diferencia de Isaac, él aún llevaba zapatos. Lo que lo libraba de que sus pies se rasparan contra el suelo. Mientras los dirigían hacia afuera, Isaac no podía evitar echar vistazos al cuerpo decaído de Lucas. Su cabeza colgaba al frente, cubierta
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