Cristian la miraba sin decirle nada, hasta que decidió preguntarle.—¿A dónde fuiste? —Su tono era frío e indiferente, con un poco de disgusto.—A la empresa. —Lucía entró a la cocina y dijo.—¿Te cocino algo para cenar?«Con el eqscándalo que había hecho Lorena hoy en el hospital, seguro ni tuvo tiempo de para comer.». Pensando en esto, sintió que era medio entrometida. Ella ya se iba, ¿por qué tenía que preocuparse por si él tenía hambre o no? Sin embargo, a pesar de todo, ella lo amaba, tenía mucho tiempo enamorada de él, aunque tenía planeado irse, tampoco quería terminar mal, por lo menos quería dejar algunos recuerdos lindos. Cuando se estaba preparando para cocinar los fideos, ella sintió una mirada penetrante. Se dio vuelta y se encontró con los ojos del hombre, fría e indiferente.—¿Qué... qué pasa? Generalmente, la mirada del hombre siempre era fría y con disgusto, pero había cambiado la mirada que tenía ahora era muy confusa. Lucía estaba asustada, no sabía qué decir.
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