MÍADiez meses después. Hace mucho tiempo que dejé de pensar en la felicidad, antes me parecía demasiado lejana, ahora, cada vez que pienso sobre esto, cada que revivo por las noches, en mis pesadillas, todo lo que tuve que pasar, creo que valió la pena cada lágrima derramada. Ahora que admiro a Vladímir, mi bebé, estoy segura de que volvería a la oscuridad una y patria vez, siempre y cuando el resultado sea el mismo, tenerlo entre mis brazos. Hay algunas veces en las que pienso que todo ha sido un sueño y que en cualquier momento voy a despertar, no es así, porque el hombre que está parado frente a mí, cargando a nuestro hijo, me recuerda que no hay nada que no hiciera por nosotros. Desde nuestro regreso, tuvimos que aceptar un hecho revocable, que la gente tendría que aceptarme, Dimitri aún no me mira con buenos ojos, y pese a que ahora se mantiene lejos de nuestras filas, prometiendo no hacernos daño, siento como si por las noches me vigilaran sus ojos oscuros. En cambio, Vikto
Leer más