Bethany se preguntó ¿Qué diablos hacía Madison en Houston?, y Madison se hacía exactamente la misma interrogante.— Veo que estás muy cargada con el equipaje, ¿Quieres que le pida a mi chofer que te lleve a alguna parte?Beth sonrió delicadamente como lo dictaba la etiqueta, pero por dentro comprendió la indirecta sobre su situación.— ¡Oh, no hay necesidad, Madison! Eres muy amable, pero mi chofer tuvo problemas con el tráfico, lo esperaré afuera, ya sabes como soy, detesto sentarme largo rato sin hacer nada, además, así estiro las piernas…Madison le regaló una sonrisa encantadoramente hipócrita.— Claro, como tú digas, cariño, ¿Dónde te hospedas? Quizás podamos vernos antes de que te vayas… tanteó sutilmente para sondear cuanto tiempo se quedaría en la ciudad y como estaba de finanzas, su padre siempre decía que por la maleta se saca al pasajero, si se hospedaba en un hotel de cinco estrellas su negocio iba viento en popa, y si no, bueno, no podría ocultar sus problemas financieros
Leer más