Bethany levantó el vaso con el whisky en las rocas y pasó la punta de su dedo índice por el borde mientras se mordía el labio inferior, admirando el esculpido torso de su acompañante.— Entonces, Bethany, ¿Puedo llamarte así? Bueno, supongo que sí, después de todo fue tu idea que nos reuniéramos… — John parecía un niño grande hablando, mucho músculo, mucho físico, pero un cerebro por debajo del promedio, un tipo con aires de grandeza y una inmadurez abrumadora.Ella sonrió. Le gustó. Era la persona perfecta para lo que necesitaba. Manipulable, voluble, peligroso, con algo de acosador y de narcisista. Y como guinda del pastel, si sabía manejarlo en la cama, tendría doble beneficio, pasaría ratos deliciosos y además, al darle lo único que al parecer a él le importaba: se*xo y adulación, con eso
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