74. Te guste o no.
Amir no batalló para convencer a Said de volver a casa. Aunque Said no deseaba casarse, la forma en que su hermano le juró evitar esa boda le infundió una confianza inquebrantable. Sabía que si Amir daba su palabra, la cumpliría sin titubeos.Al llegar a casa, la calidez del hogar los envolvió. Irina fue la primera en recibirlos, lanzándose a los brazos de su esposo con un brillo de alegría en sus ojos. Amir la atrajo hacia él en un abrazo apasionado, rodeando su cintura con ternura y saboreando sus labios con devoción. En ese instante, el mundo entero se desvaneció para Amir; solo existía Irina, su amor, su vida.—Te extrañé—murmuró Irina contra sus labios, aferrándose a él con más fuerza—. No viniste a despedirte y me preocupé.—Tienes razón, cariño, pero era necesario solucionar el problema cuanto antes—respondió Amir con seguridad, rozando la nariz de su esposa con ternura. Cualquiera que los viera interactuar no podría creer que se trataba del mismo Amir que cargaba con el peso d
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