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Todos los capítulos de Entre mi salvador y mi verdugo: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31. ¿Estarás conmigo?
Gary miró fijamente la imagen en la pantalla, era de Brooke dormido en su cama, cuando era feliz a su lado. Las lágrimas se derramaron por sus mejillas, Gary se llevó la botella de licor a sus labios y bebió su contenido, había dolor, tristeza y rabia en su cuerpo, y nada de eso aliviaba el alcohol. —Señor, esto no le hace ningún bien. La empresa lo necesita —dijo Cecilia, arrodillándose delante de él, con una taza de humeante café en las manos, el cual dejó en el piso, no quería arriesgarse a salir herida, pero le preocupaba mucho la situación de su jefe.—Vete, Cecilia —le ordenó sin verla.La mujer suspiró, pero no se movió.—No puedo hacerlo, señor, no puedo dejar que siga hundiéndose de esta manera. La empresa lo necesita, nosotros lo necesitamos —insistió Cecilia, quitándole la botella de whisky de las manos e intentó quitarle el móvil, pero esa fue la única cosa que Gary no se dejó arrebatar.—Todo, menos esto —susurró con la lengua pesada por el alcohol—. Es lo único que me q
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Capítulo 32. No volverás a estar solo.
A la mañana siguiente, Richard volvió al hospital. Luego de dejar a Brooke a salvo, le pareció que ya no era un buen momento para visitar a Benjamín, lo que tenía que hablar con su jefe era un tema delicado, no era fácil, pero también se le encomendó aquella misión, solo esperaba que Benjamín quisiera escucharlo.—Nick —saludó, entrando a la sala de espera del hospital.El hombre se puso de pie tan pronto como lo vio.—Richard —respondió—, ¿qué haces aquí? —le preguntó, tendiéndole la mano para saludarlo.—El médico me ha llamado anoche para informarme que Benjamín despertó —explicó y Nick asintió.—Lo ha hecho, también le conté que fuiste tú quien le salvó la vida —comentó el rubio.—En realidad no hice mucho, Nick.—Te quedaste a su lado y llamaste a emergencia, eso le salvó la vida a Benjamín y no sabes lo agradecido que estoy contigo por eso.Richard asintió.—¿Puedo verlo? —preguntó.Nick asintió y lo guio a la habitación de Benjamín, quien estaba acompañado de Steven.—Alguien q
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Capítulo 33. Descubrimientos
«Enrique Turner, también era tu padre».Brooke se quedó en silencio, la noticia lo dejó sin habla por un momento, pero luego creyó que eso solo era un producto de su imaginación.—Mamá.—Nunca quise decirte quién fue tu padre, Brooke, no deseaba que sufrieras por su culpa. Él se fue cuando tu tenías cuatro o cinco años, no recuerdo con exactitud, la cabeza a veces me falla.—Creo que solo estás confundida, mamá.Molly negó con energía.—Ese muchacho es la copia exacta de su padre. Enrique era rubio como tú y como él.Brooke sintió un nudo subirle a la garganta. Era verdad, él y Quique tenía un ligero parecido, sin embargo, Nick se veía casi como una copia suya, aunque él era más bajo, unos pocos centímetros, eso no hacía diferencias en el resto de sus facciones.—No puede ser, debes estar equivocada —susurró Brooke, no porque no quisiera a Quique y a Nick de hermanos, sino porque como él, esos dos muchachos habían sido abandonados. ¿Qué clase de hombre era Enrique Turner? ¿Qué tipo ab
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Capítulo 34. Soy un hombre roto
Richard miró a Brooke jugar con su comida, parecía pensativo y eso le preocupó. Cuando el chico lo llamó invitándolo a comer, él no dudó y aceptó de inmediato; sin embargo, ahora que estaban juntos, tenía la impresión de que esta invitación no era por un interés personal por parte de Brooke y las ilusiones del agente se rompieron, por un momento había creído que…—Gracias por venir, Richard —murmuró Brooke, dejando el tener a un lado y levantando la mirada para enfrentarlo.—Siempre es un gusto, Brooke.Él asintió.—Has estado pensativo, ¿quieres contarme lo que sucede? —preguntó, arriesgándose un poco.—Yo… necesito pedirte un favor —susurró, apartando la mirada, sintiendo que abusaba de la generosidad de Richard, pero no tenía otra opción. El próximo mes debía pagar la clínica y era imposible conseguir un trabajo por su cuenta. Luego de que Gary se encargara de cerrarle todas las puertas, dudaba de que alguien quisiera contratarlo.Nick le había ofrecido hablar con Sebastián Cooper,
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Capítulo 35. Estoy aquí, contigo
Brooke sonrió, mientras tomaba la botella de agua que Richard había dejado sobre la mesa de centro, la destapó y bebió un trago, era una muestra de que confiaba en él.—No bromees conmigo de esa manera, no creo que haya un lugar para mí en la estación de policía, ni siquiera puedo usar un arma. ¿Esperas que te sirva café todas las mañanas? —preguntó, colocando la tapa a la boca de la botella y dejándola en su sitio.—Me agrada la idea de tenerte cerca todo el día…, sin embargo, espero encontrar algo realmente bueno, que sea acorde a tus capacidades —respondió Richard, tomando la botella que recién había dejado Brooke y bebiendo de ella.—Estás logrando que me confunda, Richard —murmuró Brooke, viéndole beber el agua, mirando cómo la nuez de Adán se le movía con cada trago del vital líquido.—¿Por qué? —preguntó Richard, volviendo su atención a él.Brooke negó.—Olvídalo —dijo, tomando el bolso que traía colgando del brazo.—¿Qué es eso? —cuestionó el agente, dejando la botella de lado
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Capítulo 36. Quiero volver a ser libre.
Brooke dio un paso atrás por mero instinto.—¿Qué haces aquí?Gary dio un paso hacia adelante, le dolía ver el resentimiento en los ojos de Brooke, no podía soportarlo.—Tenemos que hablar.—¡No!, no tenemos nada de qué hablar, Gary.—Por favor, Brooke, dame la oportunidad de pedirte perdón, de redimirme ante ti, no sabes la desesperación que he pasado todos estos meses en lo que no supe nada de ti, la angustia me ha consumido día tras día, noche tras noche.—Vete o llamaré a la policía, te recuerdo que hay una orden de alejamiento que estás violando en este momento, aunque… no debería sorprenderme, es tu especialidad —lo acusó Brooke y él se encogió, como si hubiese recibido un puñetazo.—Lo siento, Brooke, por favor escúchame. Necesito hablarte, necesito que perdones cada una de mis estupideces.—Si te perdono, ¿te marcharás?Gary miró a Brooke, quería estirar la mano y acariciar su rostro, quería atraparlo entre sus brazos y pegarlo a su cuerpo para no soltarlo jamás, pero no se at
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Capítulo 37. Me gustas como yerno
Durante las siguientes semanas, Brooke experimentó un cambio positivo en su vida. Su semblante fue cambiando gracias a Richard, el agente lo había convencido para asistir a terapias y lo acompañó a cada una de ellas. También lo acompañaba a las visitas semanales en la clínica, y, pronto, se convirtió en amigo para Molly.La mujer, como se esperaba, no tenía mejorías en su salud, pero sus dolores eran controlados gracias a los medicamentos.—Ahora regreso, tengo que hablar con el doctor —dijo Brooke aquella mañana, mientras visitaban a Molly.—Vete tranquilo, me quedaré con tu madre —le indicó Richard.Brooke asintió y salió de la habitación, mientras Molly observaba la interacción entre los dos.—¿Quieres mucho a Brooke? —le preguntó, acariciando su mentón, un poco pensativa.Richard haló la silla, se sentó a su lado y le tomó la mano que descansaba sobre su pierna.—Lo que siento por Brooke va mucho más allá del querer, Molly, tengo sentimientos más profundos por él.Ella le sonrió.
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Capítulo 38. Vainilla.
Richard se sentía más que feliz por la dirección que estaba tomando su relación con Brooke, la confianza que estaba depositando en él lo hacía atesorarlo y amarlo mucho más de lo que ya lo hacía.—Te llevaré a casa —le dijo, dándole un beso en la frente.—Me gustaría tomar un helado, ¿vienes? —preguntó Brooke con una sonrisa sincera en los labios.Richard era su puente seguro, mientras estaba a su lado era capaz de hacerlo todo. Era el conocimiento de sus propios sentimientos que lo tenían de aquella manera. Ni siquiera sabía cómo fue enamorándose de Richard, pero se alegraba de que fuera él quien ocupara su corazón, tenía la esperanza de que no le fallaría.—Te llevaré a donde tú quieras, solo tienes que pedirlo —dijo él, dándole un beso en la mejilla.Brooke suspiró.—Quiero aprovechar que tengo el día libre, he estado entre cuatro paredes por demasiado tiempo —dijo.—También puedes aprovecharte de mí —respondió Richard en tono divertido. Brooke le golpeó el hombro para luego dirigi
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Capítulo 39. Ha sido prefecto
«Llévame a casa, a tu casa».Richard se tensó, estaba sorprendido y por un momento creyó que había escuchado mal.—¿Qué?—Llévame a tu casa, Richard —repitió.—¿Estás seguro?Brooke asintió, mientras un vacío se abría en la boca de su estómago. Quería estar un momento a solas con Richard, quería saber hasta dónde era capaz de corresponderle físicamente, solo esperaba que él le mostrase la misma paciencia que le había tenido hasta ahora.—Por favor —insistió.Richard le dio un beso en la punta de la nariz, encendió el auto y salió del estacionamiento del centro comercial.El trayecto no fue rápido, en el fondo, Richard estaba dándole la oportunidad de arrepentirse, de que Brooke pensara mejor las cosas, él no iba a ofenderse, pues lo entendía; sin embargo, Brooke no le hizo detenerse, por lo que, llegó hasta su edificio y estacionó en el lugar asignado.—Brooke…—Vamos —le pidió él, con una ligera y nerviosa sonrisa.Richard podía ver la vacilación en sus ojos, pero también la decisión
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Capítulo 40. El hombre perfecto.
Richard se giró al escuchar los suaves pasos acercarse, sirvió una taza de café y volteó cuando estos se detuvieron.—Buenos días —saludó, viendo a Brooke en el umbral de la puerta, quieto como una estatua.—Buenos días —respondió él, sin moverse.Brooke no sabía qué era lo que le impedía acercarse a Richard, cuando era lo que más quería; sin embargo, temía haber sobrepasado el límite la noche anterior.Richard se acercó a él cuando notó su vacilación, se atrevió a dar un paso y le besó los labios, fue un corto beso antes de tenderle la taza de café.—Recién hecho —le dijo, rozando sus dedos, sintiendo un ligero temblor en Brooke.Él se mordió el labio y caminó hacia la mesa, se sentó en la silla que ya estaba corrida y dejó la taza sobre la mesa, tenía la mirada gacha y de alguna manera, eso causó preocupación en Richard.—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —preguntó Richard, halando la silla para sentarse delante de él.Brooke guardó silencio, se mordió el labio y jugó con sus dedos. ¿C
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