39. Completamente loca por la rabia y la ira
Clara siente un alivio cuando ve ese mensaje y se apresura a ponerse los tacones de plataforma y agarra la primera gabardina que observa. Cuando está a punto de salir, Liam remueve sus ojos y se sienta en la cama. —¿Mami? —pregunta el niño—. ¿Mami, a dónde vas? Clara se detiene abruptamente y se voltea a verlo. —Mi cielo, mami tiene que salir ahora y… —¿Te vas, mami? —Liam pregunta casi con tristeza—. No, mami, no me dejes solo. —Mi amor, te prometo que volveré… —No quiero que me dejes solo —Liam gatea hasta bajar de la cama y descalzo corre hacia las piernas de su madre para abrazarla y se oculta entre ellas. Clara palidece con preocupación—, por favor, mami… Y el primer sollozo sale de Liam y lo único que hace Clara es tomarlo entre sus brazos y besarlo. —No, mi amor. Tranquilo. Está bien, está bien. Mamá te llevará con ella, no te dejará solo. Pero por favor no llores —lo abraza y se apresura a buscar sus zapatos para colocarselos—. Ya, bebé, mamá está aquí. —No quiero que
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