— Lo siento Ashley, sé que tú no estás obligada a esto— dijo apenado.—No seas tonto, no lo hago por obligación, si fuera de ese modo dormirías como estabas a mí nadie me dice que hacer— bromee para calmarlo y alcance el gel que no estaba lejos, le eche a la esponja y empecé a lavar cada parte de su
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