―¡Sí, señor! ―Contestaron todos en coro, rígidos y mirando al frente como si estuvieran en la milicia. ―Bien, pueden irse, cuiden bien de ella y que nadie, absolutamente nadie se le acerque, el enemigo está tranquilo, pero pueden atacar cuando menos lo pensamos. ―Los hombres se dispersaron para cub
Leer más