- Sé que es repentino. De hecho, quería hablar contigo en otro momento sobre tener una cita. Ya sabes, tú y yo en algún restaurante de moda sin preocuparnos por las cosas de mi mundo. Parpadeé encantada. -¿Salir? -Si. Como sabes, mi madre es humana así que sé la importancia de tomar en cuenta nuestras diferencias culturales, como por ejemplo, preguntar amablemente si quieres tener una cita conmigo y ser un caballero al respecto. ¿Ahora mismo? Mataría por solo verte desnuda. Vaya. Solo... vaya. -¿Qué pasa si no... sigues tus instintos en la luna llena? - Susurré. Él se apartó solo un par de centímetros y yo dejé caer mis manos. -Más allá de un horrible dolor de bolas, sobreviviré. - Dijo mirando brevemente hacia el techo. - Estoy un poco más calmado, así que aún puedes patearme de aquí. -Si te pateo, ¿Aún querrás esa cita? -Querré esa cita aunque me grites que soy un jodido pervertido y arrojes cosas en mi dirección, aunque apreciaría que no me dispararas porque lo
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