Inicio / Romántica / Tempestad. Entre el amor y el odio / Capítulo 101 - Capítulo 103
Todos los capítulos de Tempestad. Entre el amor y el odio: Capítulo 101 - Capítulo 103
103 chapters
101. JUNTOS PARA SIEMPRE
La decisión estaba sellada, inamovible como los cimientos de una antigua fortaleza. Manuel, con una pasión que ardía en sus palabras, intentó disuadir a Lianet que abandonar su educación en Berlín sería un error, pero sus argumentos se desvanecían ante la determinación de su hija La resolución de Lianet era como una roca inquebrantable de firmeza que ni las más vehementes súplicas de Manuel podían conmover. —Lía hija, y estoy bien, no me sucederá nada en estos tres años que te quedan —insistía Manuel.—Papá, deja de insistir, no me iré. No voy a ocultarme más —declaró Lianet con una voz que resonaba con la fuerza en la casa, y decidida se giró para enfrentar a su padre que se detuvo y la miró sorprendido. —¿Sabes por qué quise estudiar en Alemania? —preguntó ella de pronto.—Porque es una buena universidad —respondió Manuel—Es verdad, lo es, pero ese no fue el motivo principal —le contestó Lianet para su asombro—. Fue para esconderme, para escapar de todos los que me perseguían
Leer más
102. JUNTOS PARA SIEMPRE ll
En ese espacio sagrado, entre el eco de recuerdos y el susurro del viento, padre e hija compartieron un momento de revelación y conexión. Las sombras del pasado se dispersaban lentamente, dando paso a la luz cálida de la comprensión y el amor incondicional. El inicio del año académico transcurrió sin contratiempos, y para asombro de Lianet, la entrevista que tuvieron con Camila marcó un antes y un después. En ella, su padre habló con una mezcla de nostalgia y amor inextinguible sobre Cecilia López Limonta, la célebre campeona mundial de equitación. Tras revelarse la profunda conexión de Lianet con una figura tan venerada, aquellos que una vez conocieron y admiraron a Cecilia comenzaron a mirar a Lianet bajo una nueva luz, teñida de respeto y admiración. Lianet, por su parte, se sentía liberada. Había dejado atrás los temores y las inseguridades que la habían atormentado, y ahora se enfrentaba a la vida con una renovada valentía, fortalecida por el amor de su prometido. Él era un ho
Leer más
EPÍLOGO
Manuel, desbordante de alegría, mantenía su ritual matutino de llevar flores a la tumba de su amada Cecilia. Fue en uno de esos momentos de recogimiento cuando fue sorprendido por la llegada de Lianet y Nina, quienes lo abrazaron con cariño. —Mi segundo papá —le dijo Nina con afecto, pues así lo llamaba desde que lo conoció— necesito tu ayuda.—Ya me imaginaba que este encuentro tenía un motivo —dijo Manuel con una sonrisa—. Cuéntame, mi segunda hija, ¿cómo puedo ayudarte?—Díselo tú Lía —instó Nina, escondiéndose detrás de una risueña Lianet.—Verás, papá —comenzó Lianet—, como bien sabes, el padre de Nina quiere comprometerla con un chico que no ama...—Pero ella está enamorada de ese chico pelirrojo —interrumpió Manuel con comprensión— y quieres que hable con tu padre para que te permita casarte con él.—¡Sí, por favor, segundo papá! —exclamó Nina juntando las manos en un gesto suplicante.—Está bien, veré qué puedo hacer. Pero ahora concentrémonos en la boda que se avecina. ¿Por q
Leer más