Inicio / Fantasía / La Dama de la MUERTE / Capítulo 61 - Capítulo 68
Todos los capítulos de La Dama de la MUERTE : Capítulo 61 - Capítulo 68
68 chapters
61. ¿Confías en él?
Llegamos al edificio con un elegante retraso de 7min, es una suerte que el restaurante estuviera tan cerca del edificio, aún así no pudimos librarnos de los semáforos, cuando entramos a la sala de juntas ya son 10 minutos que empezó la junta, al parecer Roberto se encargó de todo, cuando entramos Mort y yo atraemos las miradas de todos en el lugar. — Una disculpa, se me notificó de último minuto el cambio en el horario de la junta. - digo con naturalidad, tomando mi asiento al frente de la larga mesa, Mort se posiciona a un lado de mí. — ¿Como es eso posible? eso da una mala imagen a la empresa, una directora general que no está al tanto de sus negocios, siempre dejando a cargo a su subdirector... Esa voz... Cristina, está en la sala al lado de su nuevo novio el ex esposo de mi socia en el negocio de moda, mejor se hubiera quedado callada. — Los percances se dan de repente, nadie es perfecto, en mi caso tengo la gran suerte de contar con un personal apto y competente para continua
Leer más
62. Promesa
— Bueno, pues... si, si confío en él, lo conozco desde hace muchos años y siempre ha sido de gran ayuda para mí, él fue quién me conto lo que mi familia pretendía hacer cuando yo muriera, me ayudo a dejar todo en orden para por si yo llegaba a morir. — Por eso lo digo más que nada, porque dejaste todo en sus manos sin dudar, recuerda lo mal que se puso Jair cuando se enteró de lo de Roberto y aseguró que te estaba engañado. Creo que esto se está saliendo de control, si Mort duda de él por las palabras de Jair en aquel entonces me parece absurdo, ya ha pasado bastante tiempo, además de que Jair ya no está aquí. — Em... cariño, creo que estas siendo un poco paranoico, Jair era más que obvio que no iba a tomar nada bien el enterarse que Roberto les estaba jugando chueco, y si sospechas por el comentario de que dijo que él sabía que yo tenía mucho dinero es más que nada porque sabe que no soy de estar gastando dinero de maneras desorbitantes, no creo que debamos preocuparnos de él, es
Leer más
63. Engañado
Mort... Los gritos de Valeria que salen de la habitación llenan el pasillo, Consuelo y yo nos miramos con pesar, mi pecho duele de solo escuchar la manera tan desgarradora en que sus sollozos salen de su pecho, no es la primera vez que la he escuchado llorar de esa manera, he sido testigo de varios momentos dolorosos en las vidas de My Lady, aún ahí jamás me acostumbrare a verla sufrir de ninguna manera. Entro a la habitación intentado apartarla del cuerpo inerte de su padre que reposa en la cama, los médicos y enfermeras entran a la habitación intentando hacer algo por su padre, pero ya es demasiado tarde, su alma ya abandonó ese cuerpo y siguió su camino a su próxima vida. Tienen que ponerle sedantes a Valeria está demasiado alterada, me siento inútil ya que no puedo hacer nada para subirle el ánimo, para hacerla sentir un poco mejor, el doctor nos recomendó llevarla a casa así que eso fue lo que hicimos, Consuelo iba tras de mi en lo que yo llevaba a Valeria al auto; algunos mie
Leer más
64. Traición
Valeria... Despierto con un fuerte dolor de cabeza, de golpe me llegan los recuerdos de mis ultimas horas del día, recuerdo a mi papá y mis ojos se llenan de lágrimas nuevamente, no quiero ni encender la televisión ya que lo más probable es que la noticia ya se filtró a la prensa y quién sabe cuántas tonterías que no son ciertas están diciendo ahora mismo. Mi celular comienza a sonar en la pantalla está el nombre de Roberto, en verdad no quisiera responder, pero se trata de Roberto, quizás ya se enteró de lo de mi padre también y aunque no tengo ganas de hablar del tema, no sé porque me siento mal al ignorar su llamada, en cuanto acepto la llamada su voz acelerada se escucha del otro lado. — ¿¡Pequeña Val?! Oh Valeria, acabo de enterarme de lo de tu padre lo siento mucho... no preguntaré como estas porque me imagino eso, cancelaré mis vacaciones para que te tomes unos días de reposo. — No, descuida Roberto, no me siento nada bien pero no puedo dejar el trabajo botado nuevamente...
Leer más
65. Las razones de Roberto
Cuando abro los ojos me siento tan desorientada, con los sentidos adormilados, aunque poco a poco van captando nuevamente las cosas de al rededor, estoy en un cuarto oscuro, solo esta una pequeña ventana que permite que la poca luz de la luna entre en el lugar. Estoy atada a una silla con las manos tras mi espalda y un pañuelo en mi boca, muevo mi cabeza a los lados queriendo aflojar el agarre del trapo en mi boca, para poder gritar, pedir auxilio o algo y de paso muevo mis brazos intentando soltar mis manos también. — Solo estas perdiendo fuerza y tiempo... no podrás salir de aquí Esa voz masculina, levanto la cara y de entre la oscuridad sale Roberto, tan impecable con su traje plateado, prende un cigarrillo con desinterés, no puedo creerlo, pude esperar la traición de cualquiera, pero no de él, esto es tan sorpresivo como doloroso para mí; lagrimas se escapan de mis ojos, lo que siento es una combinación ente rabia y dolor, tal y como cuando encontré a Jair y Cristina juntos. —
Leer más
66. Identidad de "Ella" revelada
Cuando levanto la cabeza mi mirada molsta y un tanto perturbada se une con la de él, me irrita verlo sonriendo tan divertido, me sorprende como no le remuerde la conciencia ni un poco todo el mal que ha hecho, se acerca mucho a mí a pasos lentos, tengo unas ganas de gritarle en la cara que es un ser despreciable, él comienza a reír de nuevo y se inclina con todas las intenciones de quitarme el pañuelo de la boca. — ¿Qué pasó? ¿Quieres decir algo? — Ni se te ocurra quitarle ese trapo de la maldita boca Una mujer aparece desde la oscuridad, mis ojos se abren de par en par al principio pero después la fulmino con la mirada, la mujer, es nada más y nada menos que Cristina, aparece triunfante y sonriente en el lugar, con un vestido rojo ajustado y zapatillas altas, muy elegante ella para la ocasión, en verdad, verla aquí no me sorprende tanto como lo esperaba, curiosamente ha estado involucrada y presente en mis desgracias desde siempre; lo único que sé, es que en verdad me siento estúp
Leer más
67. Es hora de que me dejes ir
No sé de qué manera describir mi sentir en estos momentos, estoy tan decepcionada del par que tengo al frente, ahora todo tiene sentido para mí de cierta manera, Cristina había estado presente en mi vida desde que tengo memoria y siempre para asegurarse de si algo bueno me pasaba a mí, ella quedarse con el crédito y buscar la manera de hacerme menos; ante mis desgracias ella se mostraba indiferente y en mis éxitos y momentos buenos se acercaba para tratar de arruinarlos, siempre fue un mala amiga, una mala mujer. De Roberto, sin palabras, en realidad no miré venir el golpe de ningún lado por parte de él, siempre fue un gran actor al parecer, como es que nunca me di cuenta de esa ambición sin límites. Mientras ellos celebran su aparente éxito yo me lamento de ser tan tonta y que a pesar de que son un par de lo peor, tan malvados y despreciables, aun así, siento un poco de tristeza por ambos. Roberto se acerca a mí con un cuchillo en la mano, que sacó de uno de los cajones del escrit
Leer más
68. Hasta luego cariño
Mort... Valeria da su último aliento en mis brazos, de nuevo fui consiente de como el brillo en sus ojos desapareció antes de que sus párpados cayeran por completo ocultándolos de mí, de como el calor de su cuerpo desaparecía poco a poco y el tono rosado de sus mejillas desaparece, un grito desgarrador sale de mi pecho seguido de mis sollozos llenos de dolor, siento que el aire me quema, lastima mis pulmones con cada respirar, jamás me podré acostumbrar a esto, no importa cuánto tiempo pase y cuantas veces lo experimente.Dejo con cuidado el cuerpo de mi amada Valeria en el piso deseando poder llevarla conmigo en este momento, pero no puedo, tener que dejarla tirada en este frío y sucio puso me llena de impotencia; el quejido de una mujer me recuerda que no estoy solo, aún queda una alimaña más de la cual encargarse, le echo una mirada llena de rabia al cadáver del estúpido de Roberto y me pongo de pie limpiando mis lágrimas y dejando que mi ira avive las llamas que la rodean quemánd
Leer más