El grupo que iría a la expendición, estaba conformado por Makena, Sven dos de sus mejores pupilos a los que él había entrenado junto a Galaxy y por último, Ángela y yo. No estaba completamente seguro de esta decisión, pero Ángela no cambiaría de parecer, aunque le insistiera, ella nos seguiría. Solté un suspiro esbozando una leve sonrisa, no podía evitar sentir la dicha que explotaba dentro de mí, de poder pasar tiempo a su lado, aunque fuera en las peores situaciones, solo sentía impaciencias de estar cerca de ella, Detuve lo que estaba a punto de decir, respire hondo intentando tranquilizarme para no dejarme llevar por mis instintos que cada vez eran más incontrolables, cuanto tiempo me quedaba hasta que ya no fuera yo mismo. Alcé mis ojos y la vi desde la lejanía, siendo abrumada por las chicas jóvenes de la manada que intentaban darle cosas para el viaje, hasta la habían vestido con ropajes hechos por ellas mismas.—Gracias, por toda la ayuda con la ropa, chicas, pero no necesito
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