—Esposa mía, eres mi esposa...Musitó Julio, acercándose a Elena con aire ebrio y envolviéndola en un abrazo. —Mi amor, ayúdame, di algo...El peso del hombre borracho recayó sobre ella, y Elena exclamó: —¡Ayúdenme a apartarlo, está ebrio!Entre la sorpresa, los presentes se apresuraron a separar a Julio.—Elena, cariño, vamos a casa...Decía Julio, agarrando el brazo de un médico con la mirada perdida. —No me ignores...Quedó claro que Julio ya no distinguía a las personas.—El jefe lo conoce, que le pida la dirección de Julio y lo lleven a su casa. —sugirió uno de los médicos.Alguien contactó al jefe mientras Julio seguía llamando confundido a Elena, esposa.—¡Ah, ya entiendo! —exclamó con entusiasmo una de las enfermeras—. ¿Será que Julio pidió el traslado a nuestro hospital porque se enamoró de la enfermera jefe Elena y quiere que sea su esposa?—Ahora que lo mencionas, he visto a Julio pasar varias veces por el puesto de enfermería, ¿será que quería ver a Elena? —comentó otra enf
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