Capítulo 13.
Tres años había pasado desde la llegada de la pequeña que usaba como medio de diversión a Santos, método de escape a Evelyn y corría a los brazos de su madre siempre que sus ojos la encontraban. No era fácil que sus rasgos pasaran desapercibido entre todos. Nunca vieron a un bebé que emanara lo que ella, su risa era un espectáculo cautivador, aumentando la dopamina en cualquiera que pudiera escucharlo o verlo, pero su mirada, esa tenía un no sé qué, que fundía a todos en una inmensa oscuridad, a veces con la luna en sus pupilas, las cuales absorbían la luz a su alrededor y otras como si supiera a donde pertenecía realmente. Esos ojos solo se habían visto en una persona antes, según Santos y estúpido no era para creerse lo que dijo Kiara cuando nació su hija. Se lo confirmó una semana después, pidiéndole no decir absolutamente nada a nadie. Él juró no hacerlo, pues también quería a esa pequeñita que cargaba en su hombro, en lo que ella cuidó que su corona no se cayera, saliendo del
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