Se percibía un leve frío en el ambiente, Rubén se acercó a Hernán con cautela y preguntó:—Señor Hernán, ¿cuál es el siguiente paso que debemos tomar?Jimena, temiendo mostrar compasión, evitó la mirada de Hernán y, con indiferencia, apartó la vista hacia otro lado con un tono frío.—Si así lo desea, señor, le ruego que se retire.Hernán nunca había sido tratado con tanto desdén.—Jimena, será mejor que reflexiones bien, no vaya a ser que luego ruegues por mi atención.Jimena guardó silencio por unos instantes, luego esbozó una sonrisa repentina, apartando un mechón de cabello detrás de su oreja con gracia.—Este caballero parece demasiado arrogante, y sin mencionar que el Grupo Mendoza nunca ha necesitado favores, incluso si lo hubiera hecho, entonces quizás...Jimena le lanzó una mirada indiferente de reojo, sin titubear, soltó una insinuación.—Tendrías que esperar seis años para eso.Como alguien que había amado a Hernán durante tres años, Jimena sabía exactamente qué decir para pr
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