Inicio / Romance / Cayendo en la Tentación / Capítulo 61 - Capítulo 64
Todos los capítulos de Cayendo en la Tentación : Capítulo 61 - Capítulo 64
64 chapters
El llamado de la sangre
Ahora que Marla sabía toda la verdad, se enfocó en lo único importante para ella, su bebé. Durante esos meses siguientes, su madre se ocupa de cuidar de ella, los lazos entre madre e hija eran cada vez más fuertes e indestructibles. Mario había vuelto a Madrid, pero con la promesa de regresar a Tropea y quedarse a vivir con su aún esposa. Marcella apenas podía verse a escondidas con Piero, sin embargo, en uno de sus encuentros clandestinos, decidió contarle toda la verdad sobre su hija. Piero se sentía confundido, las emociones dentro de su pecho iban y venían sin parar, no sólo su sueño de ser padre se hacía realidad, sino que también iba a tener un nieto o nieta. Al conocer toda la realidad de lo que pasaba entre su hija y el despreciable hombre, se dispuso a hallar una manera de sacar a Marla de Tropea y huir a Santa Domenica, antes que la rubia diera a luz a su bebé. Cuando Piero y Marla se encontraron, ambos se abrazaron con fuerza, ella siempre sintió una conexión especial
Leer más
Una difícil prueba de la vida
El parto de Marla es inevitable, por lo que Marcella se ve obligada a llamar a Piero en aquella difícil situación. Minutos después, el médico apareció en el hospital, al verlo Carmina se llenó de enojo. ¿Qué hacía Piero Bellucci en ese lugar?Marcella llevada por la tristeza y el dolor se aferró a Piero, olvidando por completo su realidad y la presencia de su propia madre.—¿Qué haces aquí, Piero? —preguntó la anciana— ¿Acaso pretendes que Angeline venga nuevamente a insultar a mi hija por tu culpa?—¡Basta mamá! Basta… yo le pedí que viniera, él es quien va a ayudar a Marla en él parto.—¿Dónde está mi hija? —preguntó él. Carmina se quedó perpleja al escuchar aquello. Siempre tuvo la sospecha que la relación entre su hija y Piero Bellucci había ido más allá de lo debido. —En el área de parto. —Marcella le contestó angustiada y Piero se encaminó hacia esa zona; mientras Carmina, continuaba armando en su cabeza aquella frase. —¿Marcella, dime la verdad, mi nieta es hija de ese
Leer más
La venganza del perverso CEO
El cuerpo de Elio fue trasladado hasta la funeraria, Piero acompañó a Marcella para resolver todos los trámites del velorio y la cremación del cadáver. Marla, en tanto, permanecía en la habitación en espera de su pequeño para amamantarlo. Podía notar cierta actitud de enojo en Jerónimo, pero no tenía ni la menor idea de las razones a las que se debía su mal genio.Cuando la enfermera llegó con el niño, el CEO no hizo otra cosa que detallar todo en él, miraba a Marla, mientras esta amamantaba al niño, buscaba algún parecido con ella y no lo encontraba. La rabia y el deseo de venganza estaban latentes en su cabeza. Al día siguiente, Marla salió del hospital con el pequeño en brazos. Jerónimo con la ayuda de la enfermera y un buen incentivo pudo saber que aquel niño cumplía con el tiempo justo de su nacimiento. Eso lo llenó de mucha más ira contra la rubia y aquel hijo bastardo. Su venganza contra ella sería lo suficientemente cruel como para destruirla. Faltaba apenas un poco más de
Leer más
Cabalgata de Amor 💗
—Sal mal nacido, sal o la mato ahora mismo. —Salvatore salió con las manos en alto, pidiendo calma al CEO.—No, no te alteres. No pasa nada, Jerónimo. Sólo vine hasta aquí porque seguí a Serena, sabía que vendría a verse contigo. —el CEO gruñó. Aquello coincidía con que la mujer le dijo minutos atrás. El llanto del niño se escuchó, Marla temblaba detrás de los arbustos, sabía que cualquier movimiento que hiciera la dejarían en evidencia y terminaría poniendo en riesgo la vida de su pequeño Elio. —¿Qué es eso? —preguntó Serena. —Calla al niño, Isabella. —gritó desde afuera. Dentro la mujer tomó al niño en brazos tratando de calmarlo, pero el pequeño seguia llorando, ansiosa la chica salió hasta afuera. Al verla tanto Salvatore como Serena se miraron sorprendidos. —No encuentro que hacer, no para de llorar, Jerónimo. —Deja que yo lo cargue Jerónimo —pidió la mujer, y él estuvo a punto de ceder hasta que recordó que ella podía ser la abuela del pequeño.—¡No! —gritó. Aque
Leer más
Escanea el código para leer en la APP