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Todos los capítulos de Castigando a mi jefe: Capítulo 81 - Capítulo 89
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Me giré a mirar a los demás, todos reían, aunque no parecían percatarse de que me pedía matrimonio, volví a girar en su dirección, tras un movimiento notable de las gemelas que parecían celebrar, le di un beso. —Ya lo habías propuesto, me encanto de esa manera Theo, gracias me encanta el anillo, por supuesto que acepto casarme contigo. —¿Entonces te gustó? —preguntó mientras jugaba con las gemelas, quienes parecían estar sintiendo mi emoción.—Me encanta Theo, tú me encantas, esto me encanta, amo todo lo que soy y lo que me ofreces, amo lo que tenemos, lo que estamos construyendo.—¿Entonces estoy perdonado? ¿Ya no habrá más intentos de castigar al canalla del jefe que un día fui? —No, Theo todo está en el pasado, este es nuestro presente, estoy segura de que tendremos un futuro increíble —dije con ternura, acariciando sus mejillas—. Debería sentarme, al paso que voy se adelantarán las gemelas. Nos habíamos sentado, empezamos a disfrutar del desayuno, la familia se divertía, a Manu
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Había entrado a la ducha. Me estaba duchando, pensativa, estaba tan concentrada que no me había fijado que Theo estaba parado a la entrada de esta, observándome como si fuera la séptima maravilla.—Hola hermosa, no quería asustarte.—¡Theo! ¿Acaso me estás acechando?—No, solo pasaba por aquí.—¿Ah si? ¿Por la ducha? ¿Qué ocurre?—Nada, quería verte. ¿Puedo acompañarte? Prometo que esta vez será solo compañía.Asentí y entró a la ducha. —Me encanta tu cabello, tan largo, tan sedoso. Al igual que tus ojos.—A mí me gustas tú, Theo.—¿Quieres que te ayude a bañarte el cabello, hermosa?—Sí.—Quiero qué nuestras hijas hereden tu cabello y ojos cuando menos —susurró a mi oído. Me quedé en silencio, me dejé llevar por su suave masaje a mi cuero cabelludo, se sentía alivio, relajante. Theo se acercó, sentí su miembro en mis glúteos. —No es con intención —aclaró—. Es normal, esta vez no quiero sexo, aunque si quieres está bien, quiero estar aquí contigo, ducharnos juntos.—¿Crees que pued
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—¡Ay Dios! Definitivamente, debo ir al médico —dije mientras me dirigía a la cocina para dejar el juego.De nuevo experimenté un fuerte dolor que me hizo sujetarme a la barra. Para después sentir que me orinaba, al verme mojada empecé a gritarle a Theo.Me estaba desesperando al ver que lo había llamado tres veces y este parecía no estaba escuchando, cuando eleve el tono de la voz, por las fuertes contracciones, lo vi salir.—¿Amor que pasa? Estoy cubierto de jabón —dijo parado frente a mí—. Lo siento, estaba tarareando una canción, por eso no te escuché. ¿Están bien?—Theo se adelantaron las gemelas… —logré decir, mientras apretaba los dientes para tolerar el dolor.Ver el gesto y la posición que asumió Theo me llenó de sorpresa, supuse que tanto como a él quien pareció o no haber entendido o no haber escuchado.—¿Se adelantaron las gemelas? —replicó mirándome con gesto de confusión—. ¿Amor me estás haciendo una broma o estás hablando en serio? Todavía no es tiempo por qué me dices
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—No Theo, no llames ninguna ambulancia, yo puedo, solo dame unos minutos —dije antes de agarrarlo con más fuerza cuando sentí una contracción más.Theo no dijo nada, pero empezó a sobarme, mientras seguía aferrada a él, hasta que finalmente lo solté, le exigí rápidamente subir, lo hizo.—Espera Theo. Dame algo que pueda morder.Se bajó nuevamente, empezó a buscar entre las cosas de las bebés y me pasó una manta.—Vas a estar bien preciosa, llegaremos cuanto antes, conduciré rápido —dijo y acarició mi mejilla, dejó un beso de mi frente, tuve la intención de volver a sujetarlo, pero le permití volver a subir.Apreté con fuerza la manta, mientras inhalaba y exhalaba, miraba a Theo, escuchaba cómo me preguntaba que si me encontraba bien, diciéndome cada cuánto lo que íbamos avanzando.—Esto duele demasiado. ¿Falta mucho para llegar?—Lo siento Tiana, pasará pronto. Si amor, pronto llegaremos.—No, tú no lo sientes Theo, tú lo sentiste cuando lo estabas haciendo nada más —gruñí molesta, sus
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Apoyé mi cabeza contra su pecho y no dije nada, Solo me quedé allí soportando las contracciones que cada vez eran más fuertes y frecuentes Theo siguió sobando mi vientre, dándome ánimos, entablabamos conversaciones que dejábamos sin concluir.Solo porque el dolor me hacía no tolerar siquiera querer hablar, me quedé en silencio y me recosté, el quedó sujetado mi mano, allí permanecí haciendo gestos de dolor, mientras con su mano libre acariciaba mi vientre, le hablaba a las gemelas, las enfermeras y personal a cargo entraban cada vez a ver que todo estuviera bien.Theo seguía asombrado diciendo que había creído que el parto sería de inmediato, que las gemelas nacerían cuando llegáramos al centro médico, pero no había sido así, estaban siendo intensas horas de dolor, deseando que pudieran salir.Por suerte lo tenía allí dándome ánimos, apoyándome, había salido algunas veces para avisar a la familia que las bebés estaban por nacer, algunos miembros llegaron, otros no pudieron, él seguía
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Me había quedado dormida, pero había tenido que despertar un par de veces para alimentar a las gemelas, hasta que finalmente logré quedarme dormida y lo supe porque me desperté con un beso de Theo en la frente. En la mañana alimenté a las bebés, recibí la visita de nuestros familiares cercanos, de mi amiga quien se emocionó mucho, desayuné algo ligero y finalmente me dieron de alta a las 10 de la mañana.Theo estaba súper emocionado al igual que el resto de la familia, parecían querer idolatrarme, al llegar a casa, vi que todo estaba preparado, la familia se había encargado, una bienvenida un poco exagerada para mi gusto, pero que les agradecí.La cama y la cuna de las bebés perfectamente organizadas, todo a la medida, me ayudaron a acomodarme y aprovechando que las gemelas estaban dormidas, decidí relajarme un poco, mientras Theo y la familia parecían tener una reunión bastante entretenida, aproveché para dormir un poco más.Me sentía agotada, logré un sueño de menos de una hora, cu
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Luego de protestar un rato salí y saludé, cogí a Nicolás, estaba hermoso, nos sentamos para ponernos de acuerdo con los preparativos y fecha de la boda. Discutimos varias ideas, ella propuso muchas, con las que no estuve de acuerdo. Lo mismo paso cuando expuse mis ideas. Luego de exponer lo que cada una deseamos individualmente, logramos coincidir y llegar a la organización ideal de lo que queríamos para las bodas.Theo me miraba y sonreía, cuidaba a las gemelas mientras terminaba de ultimar detalles con Carmen. Luego de hacer las elecciones correspondientes, la organización y distribución de todo el evento como tal, dado que no queríamos algo exagerado y no queríamos contratar personal para llevar a cabo lo que sentíamos, podíamos hacer a nuestro gusto, concluimos.En el trascurso de esas horas tuve que alimentar a las gemelas y cambiarlas. Theo hablaba por teléfono, cuando me levante una última vez, revisé que ellas estuvieran bien. Lo mismo hizo Carmen con Nicolás.Aproveché para
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—No sé qué tan malo sea preciosa, sube aquí —tocó la cama señalándome un lugar en medio de sus piernas, con preocupación me subí.—Theo, ¿de qué se trata? Me tienes angustiada.—Lo estuve pensando, me gustaría saber qué piensas con respecto a que nos mudemos, sé que tienes tu vida y tu familia aquí, que has construido tu empresa y todo lo que anhelabas está aquí, podría ser en un par de años.Había tenido razón, aunque no era algo grave, si me dejó pensativa, todo estaba en ese país; sin embargo, no fue un problema para preguntarle a dónde quería mudarse, por qué y cuándo.—Como lo dije, no tiene que ser ahora mismo, pero sí me gustaría que conozcas, no es mudarnos como tal, podría ser a viajar a distintas ciudades, países, dedicarnos más a nuestra vida y familia, tal vez establecernos algún tiempo en alguna ciudad diferente a Barcelona, un lugar diferente a tu país. El motivo es que quiero que dediquemos más tiempo a nuestras hijas, a nuestro amor, nuestras vidas, hemos trabajado sufi
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Epílogo.
Habíamos celebrado el primer año de las gemelas. Había sido igual que todos los eventos que realizábamos, algo privado, en familia y allegados, momentos que disfrutábamos mucho, en compañía de nuestros seres queridos y por supuesto esa fue una de las más especiales celebraciones que habíamos tenido, había que ver a la familia, nuestras hijas eran la adoración de todos, aunque no había comparación con el modo en que su padre las adoraba, y protegía.Como lo había deseado Theo, habían heredado mis ojos, pero todo indicaba que habían heredado su cabello, la gente solía decir que se parecían más a él que a mí, las pequeñas ya daban pasos y decían papá, entre otro vocabulario. Papá había sido su primera palabra, Theo era el padre más protector y consentidor de todos. Por supuesto, no superaba el que hubiesen dicho papá antes que cualquier otra palabra, vivía fotografiándolas en todo momento, adecuaba cada rincón de la casa tratando de evitarles pasar malos momentos.Manuela había tenido a
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