Hilario soltó un suspiro pesado, sin atreverse a mirar a Eliana, que estaba en la cama no muy lejos.En su primer encuentro, Eliana llevaba puesto un vestido blanco de princesa. Corrió hacia él mirándolo tímidamente, y dijo con dulzura:—Hilario, ¡eres guapísimo!Desearía tanto que ella estuviera aquí frente a él ahora hablando con él… Sin embargo, la mujer en la cama y estaba pálida, sin vida, en silencio.Desde que la conoció hace diez años, él había sentido una mezcla de atracción y repulsión hacia ella, pero nunca se le pasó por la cabeza que ella moriría.Marc levantó la mirada. Al ver la expresión abatida en el rostro de Hilario, sabía que ese se arrepintió. Si no fuera por él, Eliana no estaría sufriendo tanto… Se levantó débilmente y soltó una risa fría hacia el hombre:—Hilario, no eres digno de tenerla.Dicho esto, se tambaleó y salió de la morgue. Pero su voz resonaba constantemente en los oídos de Hilario.Hilario se acercó lentamente a la cama y se colocó junto a Eliana, c
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