Cuando despertó nuevamente, Eliana se dio cuenta de que ya era la mañana del segundo día y se encontraba completamente sola en la habitación.Observó detenidamente las marcas moradas en su mano, con lágrimas brillando en sus ojos.No sabía si esas marcas eran causadas por él o eran síntomas de su enfermedad, pero lo que sí sabía era que, le dolían mucho, tanto física como emocionalmente.Se preguntó en su interior:«Hilario, ya que no me amas, ¿por qué no me dejas ir?»En ese momento, el sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos. Con su cuerpo agotado, Eliana tomó el teléfono y contestó.Desde el otro lado, escuchó la voz ansiosa y preocupada de Mariana, quien solía ser la criada de la familia Dolores:—Señorita, algo malo ha sucedido al señor. Por favor, ¡regrese lo antes posible!***En la familia Dolores.Cuando Eliana llegó a casa, vio al médico salir de la habitación de su padre. Se acercó rápidamente y agarró firmemente el brazo del médico, preguntándole:—Doctor, ¿cómo es
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