—Claro que no, yo no soy como tú —siseó Miranda. —¡Por supuesto que usted no es como yo! ¡Jamás podría! —exclamó Valeria con suficiencia, dándole la vuelta a sus palabras—. Para empezar, yo estoy comportándome con toda la cortesía de una anfitriona, y usted se está comportando como una invitada ind
Leer más