Lorena estaba un poco desconcertada, todavía dándole vueltas a una copa de champán en la mano sin beber, cuando le oyó hablar en un tono bajo y lento:—Amancio desapareció, esta misma tarde, durante una revisión en el hospital.Lorena se quedó estupefacta y no dijo nada, se limitó a mirarle en silencio y con frialdad.Amancio estaba desaparecido, ¿así que sospechó de sí mismo en primer lugar?De repente, Lorena se sintió un poco ridícula.Se tiró de la comisura de los labios: —¿Entonces? ¿Has venido a interrogarme?—Lorena, es sólo un niño que no puede hablar...No amenazaba a nadie.La voz de Juan era áspera, sus cejas profundas, y parecía reprimir deliberadamente sus emociones.Lorena bajó los ojos, dejó pesadamente la taza que tenía en la mano y levantó la vista hacia él:—Juan, sólo porque le pregunté si seguía a Susana, sospechaste que me volvería contra él, y ahora que está perdido, sospechas que yo también lo hice, ¿no?Juan tenía el ceño fruncido, como si hubiera una lucha y un
Leer más