Capítulo 180
—Fui a Polo y ni siquiera me recibió, llegué varias veces al piso de su oficina y lo esperé durante horas y no me vio.

—Por mucho que me tropezara con él o hablara de él, no me hacía ni caso.

—Hermano, haz algo por mí, ¡me estoy volviendo loco!

María caminaba impaciente.

Juan frunció ligeramente el ceño:

—¿Por qué estás tan solícito?

—Si no estoy solícito, él no me verá aún más, sin mencionar que es tan bueno, ¡no puedo dejar que me lo arrebaten!

María habló con naturalidad.

Juan tenía una expresión de desdén en la cara, no estaba impresionado con el Polo.

—No merece la pena, y además, ¿no se parece a mí?

—Hermano, ¿puedes dejar de ser narcisista? En qué se parece a ti, obviamente Polo parece más gentil y mejor...

La cara de Juan se hundió y la miró fríamente:

—Fuera.

María se quedó sin palabras.

¿Era su hermano de verdad?

Suplicó un rato más aquí antes de que Juan accediera a crearle una oportunidad invitando a Polo a la fiesta de cumpleaños de su padre.

Juan la soltó, y por fin era u
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