Mientras Carla cumplía uno de sus mayores sueños junto al hombre que, de una forma inusual y hermosa le había propuesto matrimonio en New York, Nancy y Mason buscaban con anhelo una casa para formalizar su hogar. Durante cinco días visitaron varias casas y se encantaron por tres de ellas, dubitativos por tener que elegir una que se ajustara a todas sus necesidades. La primera quedaba cerca de la universidad y del centro de la ciudad, algo que favorecía a Nancy. La segunda casa quedaba cerca de la de su abuela, en un sector más tranquilo, pero la casa contaba con solo dos habitaciones y no era tan grande como la quería, pero les gustaba que quedara cerca de la familia de la joven. La tercera quedaba a las afueras de la ciudad, era de dos plantas y cuatro habitaciones en total, con un hermoso jardín y un patio amplio para que Andrew pudiese jugar sin problema alguno. Mason ya tenía su elección, pero estaría de acuerdo con la que Nancy eligiera. Él prefería el silencio y la lejanía de
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