Carmela, después de hablar, volvió a llorar en silencio. Mi mamá, conmovida por la profunda relación con Carmela y sus sinceras palabras, se suavizó y le dijo que no pensara demasiado, que todo pasaría.—Leticia, hemos vivido juntas por más de veinte años. Venir a tu casa era como volver a la mía. Pero ahora que te vas, siento un vacío en mi corazón. Si no fuera por la estupidez de Sergio, ¿cómo podría ser esto? Pensar en separarme de ti me duele.—Ay, ya lo he dicho muchas veces, lo que pasó no es culpa de él. Nos mudamos porque nos gustó ese lugar, nos gusta el estilo del complejo residencial. No tiene nada que ver con Sergio, no pienses demasiado.—Entiendo, Leticia, lo entiendo todo.No sé en qué momento me volví a dormir, pero tuve una pesadilla terrible. Me vi cayendo en un abismo, rodeada por montañas tan altas que no podía ver sus cimas. El agua caía sin cesar desde arriba, inundándome hasta la cintura. Estaba atrapada en el agua, sin poder moverme, y cuando quise gritar por a
Leer más