Leandro la miró fijamente, con una ligera sonrisa en los labios. —Está bien, ya pasó. Volvamos.De regreso en Santiago, Lina recibió una llamada de Lucas. —Lina, estás volviéndote cada vez más audaz. ¿Cómo te atreviste a enfrentarte a Fabio, ese tipo extremadamente peligroso, sola? ¿Sabes lo peligroso que es eso?—Oh, Lucas, estoy bien, ¿sabes? Además, con Leandro aquí, ¿qué hay de qué preocuparse? Además, Fabio ya ha sido capturado. ¡Así que relájate, Lucas!Lucas ya estaba al tanto de todo, pero sintió que Lina no parecía necesitarlo tanto. El hecho de que ella no le hubiera dicho nada sobre un asunto tan importante le pareció extraño.—Lina, no hagas de esto un hábito.Lina se apresuró a asegurarle: —¡Entendido, Lucas!Después de algunas palabras más, Lucas finalmente colgó el teléfono. Adrián, que estaba a su lado, preguntó con preocupación: —¿Qué pasa? ¿Lina está bien?Lucas guardó el teléfono y respondió: —Abuelo, no te preocupes. Ella tiene a ese chico de los P
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