—¡Mamá, otra vez estás diciendo tonterías!— Juan la detuvo rápidamente, sin esperar que García tuviera tanto odio hacia Lina.Antes, había estado completamente equivocado.Lina, por su parte, no le prestó atención. —Señor Ramírez, me retiro— dijo.Juan intentó seguir, pero García lo detuvo. —Hijo, no puedo respirar, siento un peso en el pecho...—Señora, ¿estás bien?— Sara también estaba preocupada. Juan se acercó rápidamente, con una expresión de preocupación. —Mamá, ¿qué te pasa?En un instante, García lo agarró del brazo. —Hijo, escúchame, no te metas más con esa mujer, Lina. Mira a Sara, ¡qué buena chica es! Ustedes dos serían la pareja perfecta.Juan frunció el ceño, entendiendo claramente lo que estaba pasando. Sonrió con frialdad, luego apartó a García de un empujón y dijo con indiferencia: —Mamá, tienes un talento increíble para actuar. Antes no podía verlo.—Hijo, ¿cómo puedes decir eso? ¡Hijo...!Pero no importaba cuánto lo llamara, Juan no le prestó atención
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