Lina no respondió directamente, pero su rostro ya estaba claramente marcado con la respuesta.Sin apenas dudarlo, Leandro se acercó rápidamente al teléfono interno y presionó un botón: —Haz que Selene Bautista del departamento de ventas venga a mi oficina...—Sí, Señor Paredes.—Además, trae algunos guardias de seguridad.—Sí, Señor Paredes.Lina se sentó en el sofá, en silencio.En menos de cinco minutos, Selene llegó apresuradamente y abrió la puerta: —Señor Paredes, ¿qué necesitas?Tan pronto como terminó de hablar, Selene vio a Lina sentada en el sofá. Se desconcertó por un momento, pero recuperó la compostura rápidamente.Sin embargo, Leandro notó este sutil cambio.Anteriormente, Aurora había mencionado que Selene, esta asistente, no era tan inocente como parecía por fuera, por eso la había trasladado fuera de su oficina del presidente y la había colocado como gerente en el departamento de ventas.Al principio, pensó que su madre estaba sesgada contra Selene, pero a
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