Lo primero que se me ocurre es llamar a Christopher para que nos dé ideas de cómo podemos encontrarlo, porque me llena de coraje saber que aunque él estuvo aquí, ahora podría estar en cualquier parte.—Chris, necesitamos tu ayuda, estamos en el bar donde estuvo Alexander y tenemos su celular, pero no hay ninguna pista de dónde podría estar, no sabemos por dónde empezar a buscarlo.—Investigaré y en cuanto sepa algo les aviso.—Gracias Chris, te llamaré más tarde.El teléfono de Hannah empezó a sonar, y ella observa la pantalla asombrándose.—Es Martha, la persona que está cuidando nuestra casa aquí en Seúl —susurra.La emoción que siento es indescriptible. «¿Tendrá noticias nuevas?»Hannah contesta de inmediato poniendo el altavoz, y acercándose a mí para que ambas podamos escuchar:—Buenas noches, Martha, ¿tienes nuevas noticias?Del otro lado de la línea se escucha un quejido angustiante que me pone los pelos de punta.—Señorita Hannah, su hermano, lo sabe todo, pero se fue furioso.
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